jueves, 18 de junio de 2015

La sorpresa y alegría de una jornada alterna para vida religiosa contemplativa


Carmelitas Descalzas, Visitandinas, Clarisas, Concepcionistas, Dominicas. Unidad en la diversidad. Hábitos de distintas formas y colores. Caras alegres de mujeres agradecidas que saben que con su oración mueven el corazón de la Iglesia. La jornada alterna del congreso, dedicada a la vida religiosa contemplativa, dio inicio ayer al evento que hoy reúne a más de mil personas. La actividad se llevó a cabo en La Soledad, en el Colegio Santa Clara, de las Hermanas del Niño Jesús Pobre.

Un antecedente. Al enterarse de que, con ocasión del congreso, vendría Mons. Joao Braz de Avis, las Carmelitas Descalzas de Usaquén manifestaron su deseo de encontrarse con el Prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica. La motivación siguió creciendo y dio pie para que se pensara en ampliar la invitación para que la reunión no involucrara solo a una congregación sino a varias, que pudieran enriquecerse y enriquecer un desarrollo alternativo del congreso, que incluyó la presentación de ponencias claves.

Hace meses que la Hna. Magdalena Gaitán, secretaria adjunta de la CLAR, se puso en la tarea de solicitar la autorización necesaria de parte de los obispos de diferentes jurisdicciones para que la actividad pudiese llevarse a cabo. Igualmente visitó diferentes monasterios. La respuesta fue extraordinaria. Hubo religiosas que para llegar puntuales salieron de sus casas antes de las 4 de la mañana. El caso de quienes provenían de Puente Nacional, Santander. Otras vinieron de Antioquia, Boyacá y de diversas partes de Cundinamarca.

Sororidad y estudio. Los momentos de compartir durante la jornada se vieron enriquecidos por los aportes de los ponentes: Mons. Pierre Jubinville, obispo de San Pedro, Paraguay; Mercedes Casas, Presidente de la CLAR; Víctor Codina, teólogo jesuita y el cardenal prefecto. La eucaristía presidida por este último: de gran significado, expresión de comunión con toda la Iglesia.

La Madre Lucila de la Cruz, superiora de las carmelitas Descalzas de Usaquén: “Muy emocionadas con esta oportunidad que da la Iglesia, al ser el año de la vida consagrada. Este espacio concreto de encuentro entre nosotras, religiosas contemplativas, no es frecuente y por consiguiente es para nosotras una gran novedad; nos hace sentir la familiaridad de pertenecer a este gremio”.

La Hermana Socorro, de otra de las congregaciones convocadas: “Muy agradecida con todo el equipo de la CLAR, organizador de todo el congreso; lo que hace que yo estoy en la vida contemplativa es la primer vez que desde la CLAR se hace un evento especial para nosotras; la impresión que esto me ha dado es maravillosa; de agradecerle al señor por intermedio de esta institución de la vida religiosa en américa latina”.

Miguel Estupiñán

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