martes, 31 de marzo de 2015

Tras las huella del Congreso: Antecedentes

A mediados de 2012 la XVIII Asamblea General de la CLAR reflexionó, entre otros asuntos, sobre las interpelaciones del Concilio Vaticano II a la vida religiosa hoy, y la necesidad de continuar revitalizando la vocación de los religiosos y las religiosas del continente a la luz de la Palabra de Dios y de algunos documentos conciliares, como el decreto Perfectae Caritatis, sobre la adecuada renovación de la vida religiosa, publicado hace casi 50 años. Fue por esos días de la Asamblea que comenzó a hablarse de la necesidad y la posibiidad de llevar a cabo un Congreso de Vida Consagrada, con una intencionalidad eminentemente proyectiva.

La idea del congreso se consolidó a comienzos de 2013 con la aprobación del Plan Global trienal de la CLAR, durante la XLII Junta Directiva. Para responder a los nuevos escenarios y sujetos emergentes prioritarios del continente se decidió que un congreso latinoamericano de vida consagrada tendría lugar en el 2015, antes de la próxima Asamblea General. La Presidencia, la Secretaría General y el Equipo de teólogos y teólogas de la CLAR asumieron el desafío de convocarlo y organizarlo, y para ello también se nombró una Comisión ad hoc que asumió responsabilidades metodológicas y académicas.

(Tomado de Vida Nueva Colombia No. 116)
  

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