El Congreso de Vida Consagrada reflexionará
sobre la Trata de Personas
En entrevista, sor Genoveva Nieto
comparte algunos avances del taller contra la Trata
Por: Miguel Estupiñán
De niña
viajó desde su pueblo con toda su familia, con la intención de buscar mejores
condiciones de vida en Bogotá. Con mucha dificultad, logró terminar los
estudios de secundaria. Pero debió hacerse cargo de los suyos tras la muerte de
su papá. Buscó empleo. No le ofrecieron más que prostituirse. Presionada por
los problemas de salud de su mamá y por la precariedad en que vivían, aceptó.
Tiempo después conoció a un italiano que la enamoró y que le prometió costear
sus estudios universitarios a condición de que saliera de ese mundo y que cada
seis meses, con ocasión de su llegada al país, estuviera atenta a satisfacer
sus demandas sexuales. Accedió y durante casi tres años vivió en medio de esa
situación. El italiano le prometió que al regresar, durante un nuevo viaje, la
haría su esposa y se la llevaría a Europa con él.
“Era un
caso típico de matrimonio servil”, explica sor Genoveva Nieto. Con dicha
estrategia muchos extranjeros llegan a Latinoamérica en búsqueda de mujeres y,
luego de que logran sacarlas, engañadas con promesas de matrimonio, terminan
vendiéndolas a las redes internacionales de prostitución o convirtiéndolas en
esclavas domésticas de sus países. Conocer siete años atrás la historia de
aquella joven y ayudarla a buscar una solución con el fin de que sus problemas
no empeoraran, bastó para que esta religiosa vicentina se comprometiera a
aportar todo el tiempo que le queda de vida en la lucha contra la Trata de personas.
En el
marco del Congreso de Vida Consagrada tendrá lugar un taller acerca de esta
temática. Desde su congregación, la Hna. Genoveva está entregada a visibilizar,
generar comprensión y advertir sobre la necesidad de reaccionar ante el
problema de la esclavitud moderna. La religiosa comparte algunas reflexiones a
partir de su trabajo. Un avance de lo que se profundizará en el taller.
¿Cómo cuestiona esta problemática
a la Vida Consagrada?
La Trata
de personas para nosotros es un nuevo areópago desde el cual Dios nos está
llamando. El lema de la CLAR,
“Escuchemos a Dios donde la vida clama”, es muy claro en torno a este fenómeno:
la vida clama desde las víctimas, desde los 30 mil niños colombianos que están
en las calles tratados como mendigos, en una modalidad de Trata que permitimos
todos los días. El amor de Dios clama en los 18 mil niñas y niños que han sido
captados por los grupos al margen de la ley y que son convertidos en los
soldados de esta guerra absurda que desangra al país, y a las niñas en los
amantes de los jefes guerrilleros o paramilitares.
Nosotros,
entonces, entendemos que Dios nos está llamando desde estos talleres, desde la
minería ilegal, desde los campos agrícolas, desde el trabajo pesquero, desde la
flora; desde muchos hombres y mujeres trabajadores que son tratados como
objeto, manipulados, explotados desde todo punto de vista. Y, por supuesto,
entendemos que Dios nos está llamando desde las miles y miles de víctimas, niñas
y niños cada vez en edad más temprana, que son captados por las redes de
pornografía infantil o de explotación sexual comercial.
¿Cómo redefine este apostolado la
manera de vivir la fe?
Para un
discípulo misionero de Jesús la vida humana es sagrada y el nuevo acceso que
Jesús nos ha abierto a Dios no es ya tanto el templo, los tiempos y los modos
sagrados, sino el nuevo acceso de encuentro con Dios en el ser humano, mi
hermano, como bellamente decía Pablo VI: todo hombre, toda persona es mi
hermana, y la defensa de su vida, de su dignidad es para mí un imperativo ético
impostergable y es una exigencia místico profética de la Vida Consagrada, que
no podemos eludir.
¿Qué espiritualidad anima este
esfuerzo contra la Trata?
La
espiritualidad del Buen Samaritano. Para nosotros las víctimas y las
sobrevivientes de la Trata son esa hermana, ese hermano, que ha caído en el
camino y frente al cual nosotros tenemos que ser el corazón, las manos, la
inteligencia, el amor, la ternura, del Buen Samaritano para rehacer sus vidas.
Es muy
importante para una víctima que nosotros les mostremos a ese Dios padre y madre
que la ama profundamente, independientemente de lo que haya pasado,
incondicionalmente. Que siempre será un ser humano valioso, a quien Dios ama
profundamente y por el cual Jesús se jugó la vida.
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